Pese al poco éxito de Orkut, la discreta acogida de Wave y el casi desastre del esotérico Buzz, Google sigue empeñado en probar suerte con las redes sociales.
Que Google quiere dominar el mundo ya no le sorprende a nadie. Desde los mapas hasta los vídeos tontos, pasando pasando por el correo electrónico y los móviles, no hay saco en el que no quiera meter la mano. Sin embargo, una de las cosas que se le resiste son las redes sociales.
Primero lanzó Orkut, que aunque ha tenido éxito en Brasil, es minoritaria en el resto del mundo, muy por detrás del gigante Facebook. Después llegó Google Buzz, integrada en Gmail, que causó un desagradable problema de relaciones públicas relacionado con un descuido de la privacidad, que es el pecado capital del momento.
Ahora parece que volverán a intentarlo con Google Me, un proyecto del que se conoce su existencia porque uno de los fundadores de Digg, Kevin Rose, se fue de la lengua en Twitter; después, el antiguo director tecnológico de Facebook, Adam D’Angelo ha confirmado que se trata de un proyecto real y no de un rumor.
De momento todo son especulaciones, pero la persistencia de Google por colocar una pica en el sector de las redes sociales podría tener más que ver con las líneas de negocio que con la necesidad de facilitar a los internautas del mundo (¿acaso no tenemos suficiente con Facebook?) una herramienta para comunicarse.
Y es que según la consultora Hitwise, las redes sociales ya generan más tráfico que los buscadores. El pasado mes de mayo en los Estados Unidos casi el 15% del tráfico total de Internet se dirigió a foros y redes sociales, frente al 10% generado en los buscaodres.
Y mientras Google prepara su nuevo asalto a Facebook, allí es precisamente donde se marcha el hombre clave del desarrollo de Chrome OS (aunque Google asegura que tienen reservas de sobra). Todo queda en casa.