Aunque hace relativamente poco tiempo se cuestionaba la viabilidad de convertir un teléfono en una herramienta de trabajo, hoy nadie duda de las capacidades productivas de los smartphones de última generación.
Cada día, millones de personas realizan parte de su trabajo desde el smartphone sin necesidad de recurrir al ordenador. Por tanto, no está de más conocer cuál es la dotación tecnológica mínima que nos va a permitir afrontar, si no toda, sí parte de la jornada laboral frente a la pantalla del móvil: qué especificaciones debe tener este y con qué debe estar equipado.
La foto del trabajador móvil
El perfil del trabajador móvil es tan variado como los trabajos en sí. Hoy vemos repartidores, camareros, ejecutivos, community managers y un sinfín de autónomos que llevan a cabo sus tareas diarias desde el teléfono. Ahora en verano, tiempo de vacaciones, no es raro cruzarse con infinidad de personas trabajando con el móvil a cuestas en el chiringuito, en el hotel...
Es bastante razonable si tenemos en cuenta que, según el
último estudio realizado por IDC en colaboración con Telefónica,
en 2020 habrá en España 14 millones de trabajadores móviles. En dicho informe, casi un 69% de las empresas encuestadas contempla de alguna forma una estrategia de movilidad encaminada a mejorar la productividad (54,5%), optimizar el uso de los recursos (39,1%) y alcanzar una mayor agilidad (39,1%).
La transformación digital de la sociedad está empezando a liberar al trabajador de la rutina de acudir a la oficina de 9 a 6 de lunes a viernes. En opinión de las empresas entrevistadas por IDC, las características principales del trabajador digital son la posibilidad de trabajar desde cualquier lugar (72,3%) y acceder a la información en cualquier momento (60,9%), todo ello en un entorno seguro (47,5%).
En este escenario, para
tareas de inmediatez, consultas y comunicación, no cabe duda que nuestro móvil ha superado al PC hace tiempo.
Todo lo necesario para rendir
Si nuestro objetivo es disponer de una
herramienta eficiente para nuestro trabajo diario, tendremos que tener en cuenta varios factores:
Pantalla: los nuevos formatos FullView 18:9 han abierto el camino a una nueva panorámica perfecta para visualizar documentos corporativos y presentaciones, así como para manejar correo electrónico. En cuanto a tamaños,
un panel que al menos llegue a las 5.5 pulgadas puede ser lo más aconsejable, sobre todo hoy en día, con los nuevos displays que apuran marcos hasta el extremo haciendo el teléfono más compacto y manejable que los disponibles hace tan solo dos años.
Memorias: tanto la memoria RAM (Ramdom Access Memory), dedicada al procesamiento de datos, como la ROM (Read Only Memory), utilizada para el almacenamiento de datos, juegan un papel fundamental en la productividad.
Tres gigas de RAM es una cantidad que debería poder con cualquier multitarea y ofrecernos una fluidez fuera de toda duda.
En el caso de la memoria de almacenamiento, 32 gigas es lo mínimo recomendable en un smartphone de trabajo, siempre acompañados de espacio en la nube y, de forma opcional, de alguna tarjeta micro-SD externa. Recordemos que tanto las fotos en alta calidad como los vídeos en resoluciones 2K o 4K se llevan varios gigas sin despeinarse.
Procesador: si el fabricante ha realizado un buen trabajo de optimización entre pantalla, RAM, batería y procesador,
un chip Quad-Core de 64 bits podría garantizarnos un óptimo rendimiento incluso con una multitarea agresiva.
Batería: teniendo en cuenta que las jornadas de trabajo pueden antojarse maratonianas en algunas circunstancias,
la batería juega un papel vital. Así, el amperaje mínimo lo marcamos en 3.000 mAh para asegurar que aguante toda la jornada. Con todo, no está de más llevar una batería externa adicional, que por diez o quince euros que cuestan nos pueden sacar de más de un apuro.
La apps que todo profesional busca
Más de tres millones de aplicaciones en Google Play pueden hacer perderse a cualquiera. Por suerte, Google categoriza perfectamente sus apps para facilitarnos la tarea. En el
apartado dedicado a la productividad, encontramos todo lo necesario para trabajar con nuestro smartphone. Recogemos las más relevantes.
Entre las propuestas de
gestión de proyectos en equipo, podemos optar por
Asana o
Trello. Ambos responderán con acierto a casi cualquier expectativa en gestión de tareas.
En cuanto a comunicación, no solo existe la popularísima
Skype.
Slack es una app veterana que
gestiona la comunicación de equipos a varios niveles (incluidas videollamados) y que cumple de sobra su cometido. por tanto es fundamental tener la app instalada en nuestro Android.
También la buena gestión de contenido es fundamental en el smartphone de todo trabajador móvil.
Documentos de Google,
Polaris Office,
WPS Office u
Office Suite abrirán y editarán cualquier documento que necesitemos. Por su parte,
CamScanner es una de las mejores
apps para escanear un documento o una tarjeta de visita, permitiendo incluso imprimir de forma remota o enviar fax a más de 30 países.
Para aliviar en parte el estrés de todo autónomo cuando tiene que
enfrentarse a los informes de gastos servirán las siguientes propuestas.
Expensify facilita la captura de recibos, el registro de tiempo y kilometraje, y la creación de informes de gastos, entre otras opciones.
Expense Manager, incluye todo lo necesario para llevar un control diario de los gastos y permite sincronizar copias de seguridad con Dropbox y Google Drive.
Finalmente, para
conectar smartphone y ordenador, una buena opción puede ser
AirDroid, pues brinda la oportunidad de acceder y
controlar nuestro smartphone Android desde un ordenador Windows o Mac sin necesidad de cables. Este cliente favorece que podamos dejar el móvil de lado mientras estamos en el ordenador, pero sin perder el control de llamadas, mensajes o notificaciones de nuestras apps. También permite intercambiar archivos rápidamente utilizando el teclado y ratón de nuestro PC.
Estas son, a grandes rasgos, algunas recomendaciones para empezar. No obstante, la usabilidad del móvil para un entorno laboral es muy variada hoy en día y cada cual debe
elegir lo que mejor se adapte a su profesión.