Hasta ahora, las cookies habían sido el sistema básico para seguir usuarios a través de internet de web en web, siendo vitales en analítica y muestra de anuncios. ¿Por qué Google renunciará a ellas en Chrome, si su negocio se basa en publicidad programáti
Google ha tomado esta semana una decisión a medio plazo que puede suponer un antes y un después en uno de los elementos fundamentales de cómo se configuraba internet hasta ahora: su plan para en un plazo de dos años eliminar las cookies de terceros en Chrome, el navegador más usado del mundo.
Las cookies, esos pequeños archivos que hacen nuestra navegación más cómoda -son las que recuerdan por ejemplo el idioma por defecto en una web que visitas, o tus datos de acceso- han ido ganando peso en la última década y media por su potencial para 'seguir' a los usuarios de web en web. Ahí es donde entran las llamados cookies de terceros, capaces de ver por donde has navegado durante un periodo de tiempo y que en base de eso son capaces de hacer que se muestre por ejemplo anuncios afines a tus gustos. En otras palabras, en comparación a las cookies propias de cada sitio, el cambio fundamental es la capacidad de seguimiento que tiene cada una.
El desembarco contra las cookies de terceros por cómo manejan nuestro historial de navegación se inició con leyes a nivel Europeo en 2009 -fue a partir de ahí cuando se exigió a
las webs mostrar el típico y a veces cansino aviso que la mayoría de usuarios aceptamos por defecto- y el movimiento de Google ha sido el último entre las grandes tecnológicas. De hecho, Google ha ido a la zaga después de que
Apple en Safari o Mozilla en Firefox ya desactivaran por defecto las cookies de terceros en sus navegadores
como prevención a los abusos de privacidad que sobrevuelan sobre ellas, que se han extendido para captar todo tipo de información sobre los usuarios. Como muestra, el año pasado un estudio encontró
11.189 solicitudes de cookies en una semana de navegación en Chrome.
Pero hay algo que chirría en esta decisión por parte de la filial de Alphabet, y es que Google sigue basando de forma masiva su modelo de negocio en la publicidad programática y su capacidad para conocer qué hacemos en internet. Sus anuncios de Adsense, tanto en web como en Youtube, se basan en estas pequeñas 'galletas'. Entonces, ¿por qué quiere eliminarlas? Y lo que nos toca más cerca, ¿ayudará decir adiós a las cookies a nuestra privacidad?
Si matamos a las cookies, habrá que encontrar un sustituto, y Google parece tener un plan
En una publicación
en su blog, el director de ingenieros de Chrome, Justin Schuh, explicaba la decisión tildando las cookies de obsoletas en un alegato donde hacía varias menciones a la privacidad.
"Los usuarios exigen una mayor privacidad, incluida la transparencia, la elección y el control sobre cómo se utilizan sus datos, y está claro que el ecosistema web necesita evolucionar para satisfacer estas demandas crecientes. Algunos navegadores han reaccionado a estas preocupaciones bloqueando las cookies de terceros, pero creemos que esto tiene consecuencias no deseadas que pueden afectar negativamente tanto a los usuarios como al ecosistema web, pero esto puede socavar el modelo de negocio de muchos sitios web con publicidad", escribía Schuh, al tiempo que señalaba que aunque otras grandes empresas ya habían actuado contra la cookies, hacerlo sin una respuesta no sería suficiente.
Google puede haber anunciado esta decisión ahora para partir en ventaja sobre sus competidores en publicidad programática
"Algunos navegadores han reaccionado a estas preocupaciones bloqueando las cookies de terceros, pero creemos que esto tiene consecuencias no deseadas que pueden afectar negativamente tanto a los usuarios como al ecosistema web", decía el directivo de Chrome en una acusación velada hacia sus competidores.
Y es que tomando el camino de Safari o Firefox, la cancelación de las cookies de terceros por defecto, programas como el Adsense de Google pierden bastante pujanza tanto para la multinacional como para las webs basadas en anuncios. Es decir, las cookies pueden tender a la desaparición por sus problemas sobre la privacidad, pero deberán tener un sustituto.
Y es precisamente ahí donde parte del sector ha visto esta intención de Google no como una oda a la privacidad, sino como una forma de afianzar su hegemonía en el sector de la publicidad online y los navegadores.
Por una parte, Google es el único actor dentro de los navegadores más usados que además está en el negocio de la publicidad. Ni Apple ni mucho menos Mozilla están en esa guerra. Y por otra, adaptarse a eliminar las cookies con toda su maquinaria les da varios metros de ventaja sobre otras redes de anuncios programáticos.
A este respecto, cabe recalcar dos veces que se han pronunciado sobre el movimiento de Chrome en estos días. El primero es Alex Stamos, el antiguo jefe de privacidad de Facebook que salió de la red social por discordancias sobre el tratamiento de la crisis de filtraciones que habían sufrido. Según ironizó: "Esto puede ser una gran victoria para la privacidad o puede que Google esté generando confusión en su competencia para mantener su oligopolio publicitario en primera posición (junto con Facebook). Probablemente sean ambas cosas".
También Lea Kissner, antigua responsable de
seguridad de Google, quien apuntó: "Al desactivar las cookies, muchas empresas de tecnología publicitaria utilizarán métodos más invasivos como las huellas digitales". Y es que, eliminar las cookies como tal, no está claro que sean una gran noticia para nuestra privacidad, al menos por el momento.
Google está experimentando con privacidad diferencial
El comentario de Kissner viene al hilo de algo que Chrome también dejó caer en su comunicado: que se eliminen las cookies simplemente no evita que las plataformas y empresas que quieren rastrear usuarios dejen de hacerlo, simplemente crean métodos nuevos que pueden ser más peligrosos porque no están regulados.
Ahí es donde entran las llamados 'huellas digitales', distintos métodos para mediante pequeños fragmentos de código seguir rastreando a los usuarios incluso si las cookies están deshabilitadas. Por eso Google está buscando sustitutos, aunque aún no tengamos muy claro cómo pueden funcionar.
La evolución de las cookies -cuya función es casi ineludible en el internet actual- podrían pasar por la privacidad diferencial
Por el momento,
el gigante de Mountain View ha anunciado que está trabajando en lo que llama 'Sandbox' de privacidad, una especie de herramientas en experimentación que anunció ya en 2019 y de donde podrían surgir el sustituto de las cookies. Por supuesto, para Google, anunciar ahora que eliminarás las cookies en dos años supone estar en una posición ventajosa para invertir recursos en las próximas soluciones, y si es posible imponer la que más le convenga.
Por ahora, de lo poco que se sabe de este Sandbox, conocemos que parte de sus sistemas de identificación se basará en la conocida como 'privacidad diferencial'. Explicada de forma muy rápida: el trabajo con grandes bases de datos de usuarios similares en lugar de con individuos, lo que permite un anonimato mucho mayor.
De un modo u otro, también
existen opiniones que creen que
Google tiene poder suficiente para poder seguir mostrándonos publicidad sin apenas inventar nada nuevo e incluso eliminando las cookies, ejerciendo la cantidad de información que tienen de nosotros a través de su servicio de correo (Gmail), nuestro historial de navegación (con Chrome), nuestros gustos en Youtube, nuestra geolocalización (Maps), o su sistema operativo para móviles Android. Todas ellas las soluciones y plataformas más usadas de la web.