Zapatero a tus zapatos. Primero fue Microsoft, que a comienzos de este mes decidió retirar su móvil Kin ante la escasa acogida en Estados Unidos. Ahora le toca a Google, que finalmente ha anunciado el abandono de la fabricación del Nexus One, su teléfono inteligente o smartphone lanzado a principios de este año.
La puntilla ha sido la baja cifra de ventas propiciada por una estrategia comercial que se ha demostrado nefasta. Google entendió que su poder en la Red era una garantía suficiente para comercializar el Nexus One exclusivamente a través de su tienda online, y los clientes le han demostrado que se equivocaba. Aunque ante el fiasco, Google accedió a llegar a acuerdos con operadores como Verizon o Vodafone para distribuir el terminal, ya era tarde.
Oficialmente, Google se remite a la justificación que dio recientemente su consejero delegado, Eric Schmidt, que en una entrevista con The Daily Telegraph indicó que ya habían conseguido su objetivo de popularizar su sistema operativo para móviles Android, y que no tenía sentido sacar un Nexus Two.
La prepotencia de Google en este sector, desconocido para ellos, como el de la fabricación de equipos le ha jugado una mala pasada. Los clientes, sobre todo en Estados Unidos, no estaban dispuestos a comprar por Internet un terminal que valía 529 dólares (410 euros). Aunque el Nexus One, fabricado por HTC, tenga una factura técnica a la altura de los mejores smartphone, los potenciales compradores querían tocarlo y probarlo.
De ahí que, mientras que el iPhone de Apple logró unas ventas de un millón de unidades en los primeros 74 días de su puesta a la venta, el Nexus One solo alcanzó las 135.000.
Además de cerrar la tienda online, Google también ha dispuesto que los operadores con los que tiene acuerdo de distribución, como Vodafone en Europa y KT en Corea del Sur, solo vendan el terminal hasta fin de existencias.
En España, Vodafone fue el único operador en comercializarlo a partir del pasado 20 de mayo, por un precio que oscila entre los cero y los 249 euros, lo que supone una fuerte subvención. Los precios más asequibles van asociados a un compromiso de permanencia de 18 meses, con unas tarifas planas tanto de voz como de datos, por lo que la operadora británica ha asegurado que seguirá ofreciendo cobertura técnica aunque Google no lo haga.
A partir de ahora, Google se centrará en el desarrollo de Android, el sistema operativo propio de la compañía con el que va equipado y que, con apenas dos años de vida, ya se ha colocado como el segundo más usado en el mercado de los smartphone en Estados Unidos. También hará valer su fortaleza en el mercado de aplicaciones a través de Android Market.
El consuelo de Google es que sus rivales también han mordido el polvo. Microsoft abandonó la comercialización de su móvil Kin, fabricado por Sharp, apenas seis semanas después de lanzarlo en Estados Unidos (en Europa iba a salir en otoño). Sus ventas apenas llegaron a unos centenares de unidades.
Y la todopoderosa Apple tuvo que admitir la pasada semana que su último iPhone 4G tenía serios fallos de diseño en su antena, lo que disminuía seriamente la cobertura. Hace falta una funda para subsanar el problema.