Los "smartphones" simplifican muchas tareas. Consultar un dato a última hora, revisar el email fuera de la oficina, llevar el billete del avión en digital, mensajería instantánea con los seres queridos que están a miles de kilómetros de distancia, son algunas de las posibilidades que se tienen con un móvil "inteligente".
Sin embargo, su mal uso puede comprometer la calidad de vida del usuario. Puede arruinar la productividad en el trabajo, quita la capacidad de concentración y no deja que descanse.
Si eres una persona que trabaja en una oficina, es probable que pases muchos días frente a un ordenador, y que por precaución consultes tu teléfono por las noches. La persona comprueba su móvil para asegurarse que su jefe no le ha enviado nada de última hora, o por si se ha dejado sin responder algún correo electrónico. Muchas veces, las personas consultan el móvil minutos antes de acostarse a dormir, en la cama.
Según la investigación realizada por The Online Psychology Degree
un 95% de los encuestados se lleva su teléfono a la cama regularmente, y una hora antes de decidir tratar de dormir, navegan por la web, mandan mensajes de texto o miran la televisión.
El síndrome de apego con estos dispositivos es tal, que al momento de dormir dejan el teléfono muy próximo a la cama, o sobre ella. De hecho,
un 90% de los jóvenes entre 18 y 29 años confiesa que duermen con sus teléfonos.
Según un
estudio realizado en conjunto por la Universidad de Florida, la Universidad Estatal de Michigan y la Universidad de los investigadores de Washington señala que esta práctica de conectarse a altas horas de la noche repercute en la productividad en la mañana siguiente. "El beneficio del uso de teléfono inteligente puede ser contrarrestado por la incapacidad de los empleados a recuperarse por completo en las actividades de trabajo", escriben los investigadores.
Los especialistas enfatizan que las personas deben segmentar su vida entre lo profesional y lo personal, de lo contrario se puede ver afectada la salud mental de la persona así como la productividad. Desde la
Universidad Bowling Green apuntan que esta facultad de separar el trabajo de la vida personal está condicionada por la forma en que los compañeros de trabajos logran hacer esa segmentación.
Es decir, si los colegas del trabajo no desconectan, que envían correos electrónicos fuera del horario laboral, lo más probable es que otro de los compañeros lo imite. YoungAh Park, investigador de Universidad Bowling Green, explicó que si el comportamiento es contrario, es decir, los compañeros de trabajo se mantienen en "silencio", la probabilidad de que una persona haga lo mismo es mayor.
Desde "Proceedings" señalan que el fenómeno de la doble pantalla también produce efectos adversos. La multitarea es buena para lograr la neuroplasticidad del cerebro, pero cuando se realiza durante mucho tiempo, la multitarea puede hacer que el usuario no logre concentrarse en absoluto. La incapacidad de concentración se manifiesta incluso cuando se apagan todas las fuentes de distracción, como pantallas.
"Las personas con la que hablamos nos dicen continuamente que cuando necesitan concentrarse apagan todo lo que tienen a su alrededor para lograrlo. Desafortunadamente han desarrollado hábitos mentales que le hacen imposible concentrarse. Son los retoños de la irrelevancia. Ellos simplemente no pueden mantenerse enfocados en una tarea", dijo Clifford Nass, profesor de la Universidad de Stanford a la radio NPR.