El buscador puso en marcha el proyecto '
Daily Information Needs' en 2011 para obtener información sobre esas dudas que, cuando nos saltan, despejamos sin tirar de Google.
“Durante tres días el mes pasado, en ocho ocasiones elegidas al azar, mi teléfono sonaba y me preguntaba:
-¿Qué has querido saber recientemente?
La contestación que yo le daba formaba parte de un experimento que involucraba a alrededor de 150 personas y que estaba diseñado para ayudar a la mayor compañía de búsquedas del mundo a entender cómo puede dar información 'online' a los usuarios que nunca habrían pensado en buscarla a través de ese canal”.
De esta forma describía el colaborador de
Technology Review Tom Simonite su experiencia como participante del
programa de investigación de Google 'Daily Information Needs' (DIN). El proyecto se puso en marcha en 2011 para conocer esas preguntas que, por una u otra razón, las millones de personas que utilizan diariamente los servicios del gigante de internet jamás formularían al buscador por excelencia.
Durante el primer año, solo cincuenta personas tomaron parte en el estudio, todas de Estados Unidos. A lo largo de tiempo, el número de participantes ha aumentado hasta alcanzar los 1.200 y traspasar las fronteras del país americano.
¿Cómo funciona?
Según explica el periodista Steven Levy, autor del libro '
How Google Thinks, Works, and Shapes Our Lives', Google recluta para el estudio a aquellas personas que están de acuerdo en dar información sobre sus necesidades (de forma aún más explícita) al buscador.
Ocho veces al día durante cinco días, los participantes reciben una llamada de la multinacional, que les pregunta sobre qué asunto les gustaría saber en ese momento. Al final del día, además, los participantes deben responder a un cuestionario en el que
se les pide que explique lo que han hecho para conseguir la información que necesitaban y si tuvieron éxito.
“Nuestro objetivo es recopilar datos de alta calidad”, se explica desde
la web del estudio,
“por lo que animamos a responder todas las veces que se pueda durante este período”.
Si estás pensando que por qué deciden los voluntarios 'perder' su tiempo contándole a Google cuáles son sus dudas más recurrentes, has de saber que el buscador, en agradecimiento “
por el tiempo y el esfuerzo”, retribuye a los participantes en base a su grado de interacción con
entre 50 y 200 dólares (entre 45 y 175 euros, aproximadamente).
Un retrato de la evolución social
"Tal vez el usuario está pidiendo ayuda a un amigo o necesita buscar en un manual para montar un mueble",
afirma Jon Wiley, diseñador principal de Google Search y parte del equipo de Google Maps.
“Si la misión de Google es organizar la información del mundo y hacerla universalmente accesible, debe conocer esas necesidades ocultas y aprender a satisfacerlas”, señala.
Pese a que hay preguntas recurrentes como
“por qué mi marido no madura” o
“por qué los hombres son tan idiotas” para las que será difícil que Google encuentre una respuesta (que sea fiable), lo cierto es que el pasado año el buscador terminó con un informe de
más de 25.000 necesidades diferentes que organizó en 21 categorías.
De este modo, DIN ha permitido descubrir que cuestiones relacionadas con el transporte o el clima, por ejemplo, generan grandes necesidades de información. También han descubierto que esas demandas dependen de la ubicación el usuario:
mientras los estadounidenses quieren saber cuál será el próximo tren, los japoneses preguntan por los más fiables. En cuanto al tiempo, a los norteamericanos les basta con tener la información básica para vestirse en consecuencia, pero los orientales quieren saber también la humedad que hay en el aire o las horas de luz para poder tender la ropa.
Toda esa información sirve al buscador para descubrir en qué debe centrar sus esfuerzos y cómo puede mejorar sus búsquedas. Así, la identificación y
el análisis de las conclusiones han permitido a Google priorizar proyectos a lo largo de los años. Por poner algún ejemplo, del primer estudio se desprendía que algunas de las preguntas más habituales tenían que ver con cómo realizar ciertas tareas. A partir de ese momento, los 'videotutoriales' de YouTube y fuentes similares comenzaron a aparecer con más frecuencia en los primeros resultados de las búsquedas.
Otra cuestión que llamó la atención de los responsables de DIN fue que a muchos trabajadores por turnos les entraban dudas sobre cuándo debían acudir a su puesto. ¿El resultado de ese descubrimiento? Una lluvia de ideas entre varios investigadores de la compañía que supuso el germen de Google Calendar.
La difícil situación económica que estamos atravesando también ha tenido su repercusión en las cuestiones que plantean los usuarios. Así, a lo largo de estos últimos años,
las preguntas dirigidas a encontrar trabajo o conseguir dinero fácil se han ido incrementando rápidamente. Algo nos dice que para responder a estas demandas no bastará con una lluvia de ideas...