Los datos son un bien preciado en Internet.
Hoy en día es habitual
buscar cosas en Google, publicar fotos en Instagram o compartir con todo el mundo cómo nos sentimos en Twitter o Facebook. Nuestra vida es cada vez más transparente, conscientemente, pero también lo es de manera inconsciente.
Google es el buscador más popular de Internet y una de las empresas que más dinero gana con su publicidad. ¿El motivo? Sabe
segmentar al detalle la publicidad de manera que cada anunciante controle
en qué páginas de resultados quiere aparecer, para qué franja de edades, en qué países o ciudades viven e incluso para usuarios a los que les gusta un determinado deporte o afición.
Cómo utiliza Google tus datos
Pero, ¿
cómo consigue Google saber nuestra franja de edad, dónde estamos o cuáles son nuestras aficiones? Por un lado, podemos darle esa información nosotros mismos
cuando configuramos nuestra ID de Google. Es muy útil, pues nos permite usar Google Chrome, tener una cuenta de correo gratuita en Gmail, guardar archivos y crear documentos en Google Drive, guardar rutas habituales en Google Maps, compartir vídeos en YouTube… la lista es interminable.
Así que por un lado tenemos
la información que aportamos a Google conscientemente y luego están todos los datos que proporcionamos sin darnos cuenta y que Google analiza y traduce en datos relevantes. Nos referimos a nuestro historial de navegación, a nuestras búsquedas, a en qué anuncios hacemos clic porque nos llaman la atención, etc.
Un
ejemplo práctico. Entras a Google para buscar a qué hora empieza el partido de esta noche. Obviamente Google sabrá que estás interesado en ese evento, equipo y deporte. Pero también sabrá a qué páginas de los resultados de búsqueda accedes, dónde vives, tu IP, guardará en tu computadora
alguna que otra cookie para seguir recopilando más datos, verá a qué anuncios haces caso e incluso sabrá
qué dispositivo utilizas para acceder a Google (¿un PC? ¿un smartphone Android? ¿una smartTV?).
Por si esto fuera poco, Google puede
cruzar los datos de sus diferentes servicios (YouTube, Gmail, Maps, etc.) y crear así un perfil muy completo. Todo esto sin mencionar que al iniciar sesión con una cuenta ID la información guardada es mayor. Sin ir más lejos, en Gmail, Google sabe que envías mensajes y los recibes, con quién te comunicas, los eventos de tu calendario, etc.
En principio, esa información se guarda de forma segura (no hay que ver el icono en forma de candado en la barra de navegación y que
utiliza por defecto el protocolo HTTPS, pero eso no quita que veamos publicidad relacionada.
Desde hace tiempo,
Google ofrece un espacio donde comprender el motivo de esa recopilación de datos y en qué se traduce. Principalmente, en
mejorar los servicios que recibimos gratis, como recomendaciones de vídeos, sugerencias de búsquedas, rutas alternativas para ir de un sitio a otro, etc.
Pero precisamente porque prácticamente cualquier servicio de Google es gratuito, cabe preguntarse cómo puede esta empresa ganar tanto dinero al final de año. Si su principal fuente de ingresos es la publicidad, ¿dónde nos coloca a los usuarios y a nuestros datos?
Cómo ver qué datos guarda Google de nosotros
Desde tu
perfil de usuario de Google puedes ver qué datos tiene de ti. En
Mi actividad, por ejemplo, verás a qué páginas has accedido, qué vídeos has visto, qué búsquedas has realizado, etc. La información es
de todos los dispositivos donde tengas cuenta de Google y de todos los servicios donde uses esa ID.
Desde
Mi actividad también puedes ver diferentes listas muy interesantes. A partir de
Otra actividad de Google verás el historial de ubicaciones. Así sabrás desde dónde has usado Google o servicios relacionados. También desde qué dispositivos e incluso las conversaciones que has tenido con el
Asistente de Google, si lo utilizas en tu Android.
Cómo controlar la privacidad de tus datos en Google
¿Qué podemos hacer para
limitar toda esa recopilación de datos que probablemente desconocías y proteger la privacidad de tus datos? Google tiene activada esa opción por defecto, pero en principio te permite desactivar cada elemento, como el historial de actividad al abrir páginas web, el guardado de tus ubicaciones, los historiales de búsquedas y de reproducciones de YouTube (se desactivan por separado), etc.
Lo encontrarás en tu
cuenta de Google >
Mi actividad >
Controles de la actividad de tu cuenta y desactivando cada opción.
Si no queremos ser tan drásticos, podemos limitar ciertas opciones de cada uno de los servicios de Google que utilizamos. Desde la misma
cuenta de Google, en
Revisión de privacidad, veremos una lista de opciones a marcar o desmarcar.
Por ejemplo, si queremos mantener nuestros vídeos de YouTube en privado, si queremos mostrar nuestra lista de reproducción, qué datos de Google+ mostramos a los demás (fotos, vídeos, mensajes…) y los aspectos que hemos visto antes, como el historial de ubicaciones, búsquedas y reproducciones de YouTube y el histórico de búsquedas en aplicaciones o navegadores, seas o no consciente que
Google está detrás.