Investigadores de todo el mundo recibirán a lo largo de este trimestre ordenadores de Intel equipados con un procesador experimental de 48 núcleos. La semana pasada, la compañía anunció micros de 8 núcleos orientados al mercado empresarial, mientras su rival AMD anunció un chip de 12 núcleos.
Durante años, la carrera entre los fabricantes de microprocesadores se centraba en quien era capaz de desarrollar mayor velocidad de reloj. La pelea estaba en los gigaherzios. Sin embargo, ese camino llegó a su fin con el fracaso de la arquitectura NetBurst, con la que se alcanzó el récord 3,8GHz en los Pentium 4 a costa de un consumo enorme y un excesivo calentamiento del chip. El éxito de los microprocesadores de AMD de la época, con una velocidad de reloj mucho menor, provocó un cambio de filosofía orientada a incrementar el número de núcleos.
Así, Intel pergeñó la arquitectura Core, que al contrario de lo que cabría pensar no era la que se utilizó con los procesadores Core, sino los Core 2, que tiene modelos de hasta seis núcleos, y actualmente dispone de productos de arquitectura Nehalem, su sucesora. AMD ha seguido un camino similar.
Sin embargo, los procesadores de varios núcleos no están exentos de problemas. Las aplicaciones suelen estar diseñadas para trabajar con un solo núcleo, y la presencia de varios de ellos suele terminar en que se usen uno o dos dependiendo de los programas con los que estamos trabajando y otros sigan ociosos. De ahí que Intel tenga interés en que el mundo académico avance en el camino de la programación concurrente y así aprovechar más la capacidad de los nuevos microprocesadores.
En este contexto se explica la producción de un número limitado de procesadores de 48 núcleos y su envío a distintos centros de investigación, según informa PC World. Cada uno de los núcleos opera a la velocidad de reloj de los microprocesadores Atom, enfocados a los netbooks. La arquitectura incluye mejoras para solucionar los cuellos de botella que actualmente se producen en la comunicación y el acceso a memoria de los núcleos en los chips que se comercializan ahora. Dispone de 24 pequeños encaminadores para acelerar el intercambio de datos entre los núcleos, además de incluir un buffer para pasar datos a varios núcleos a la vez.
Una de sus mejoras es la rapidez con la que puede gestionar el ‘’apagado‘’ de núcleos inactivos dependiendo de las necesidades de la aplicación que se esté ejecutando, con el consiguiente ahorro de energía y menor emisión de calor. Según Sean Koehl, portavoz tecnológico de Intel Labs, aunque los microprocesadores no se van a comercializar, algunas de las tecnologías que incorporan se introducirán en los próximos micros de la empresa.